A D I O S E S teje historias de despedidas, de ausencias, de esperas, de exilios geográficos y emocionales, de últimas veces: la última vez que al aliento de alguien nos rozará la nuca; la última vez que escuchamos una canción; la última abeja en la tierra; la última vez que nos enamoramos perdidamente, durante apenas unos segundos fugaces, de alguien a quien vemos por primera vez; la última vez que supimos, inequívocamente, que un fin era definitivo.
El universo sonoro de A D I O S E S es uno de melodías. Melodías que, de sencillez casi hipnótica, de belleza familiar y reconfortante, nos hablan de esos adioses, nos recuerdan el calor del ausente, nos consuelan de nuestras pérdidas, nos permiten hacer el duelo de nuestra soledad.Alrededor de estas melodías, cantadas por los tres intérpretes, Juan Kruz Díaz de Garaio Esnaola teje toda una trama sonora de cascabeles, campanas, bandurrias, palos de agua, cuerpos que bailan y otros variopintos e improbables instrumentos.