Zambra de la Buena Salvaje es una vibración de vida que atraviesa lo poético y lo crudo sin concesiones. Una propuesta que rompe esquemas y reivindica la libertad desde la madurez y la experiencia.
«Si yo fuera fiel a mi naturaleza, una salvaje de mirada ancestral, gritaría hasta que se me saltaran las cuerdas vocales y después me las tragaría. Porque en ese último grito todo quedaría dicho. Pero, por encima de todo, si yo fuera fiel a mi naturaleza diría: no.» Ella, de entre todas las salvajes, sueña con ser la más descalza, la más bruta, la salvaje ejemplar. Una mujer que contiene a todas las mujeres. Un cuerpo que se debate entre lo que es y lo que se proyecta sobre él. Zambra de la buena salvaje es un grito, un desgarro, un ritual de desposesión. ¿Cómo recuperar tanto espacio perdido? ¿Cómo desdomesticarse? ¿Qué le ocurre a un cuerpo cuando es en otros, cuando se permite la furia, la risa, la reventaera? Danza, humor e irreverencia se entrelazan en un monólogo coral donde lo salvaje se traduce en un acto de resistencia colectiva. Un espectáculo que baila con la bestia, que se abre paso entre los escombros de la norma y que, sobre la tierra removida, siembra un mundo nuevo.